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martes, 7 de enero de 2014

8. ATAQUE POR LOS FLANCOS, SOY MALA.



Han pasado casi dos meses sin que El Contrario pague su parte de la hipoteca, la luz, el agua, etc.

Lo más asombroso, por inesperado, es que también se está desentendiendo de los gastos de alimentación, ropa y resto de necesidades básicas de nuestro hijo.

Cuando le planteo el asunto y le reclamo que pague lo que le corresponde, se inventa cuentos chinos. Cuando le recuerdo que si no fuera por mí, nuestro hijo ni comía, me dice que soy demagógica. Y cuando llegados a este punto, se me hincha la vena y le digo que voy a hacer lo que tenía que haber hecho hace tiempo (entiéndase como buscar una solución legal, respeto sumamente la vida de los animalitos) entonces me dice que no le caliente la cabeza.

Así que voy a optar por un ataque por los flancos.

Empezaré con el papel higiénico, si lo pago yo es para mí y mi retoño. El último rollo está próximo a agotarse.

Si me lo pudiera permitir, instalaría una cámara oculta para no perderme ese momento tan bucólico.

Le seguirá el gel de baño y el detergente, y por supuesto habrá recortes de suministros como;  cerrar la llave de paso del agua, la llave del gas en determinados momentos o bajar los diferenciales del cuadro eléctrico oportunos. Sólo pensar en ello me reconforta. ¡Ay, si no fuera por estas pequeñas cosas! Como diría Serrat.

Pues se acabó el rollo de papel higiénico, el detergente y el gel de baño. Se acabó hasta el agua mineral.

Aunque ha tardado en percatarse de mi estrategia, pues no lo  ha captado hasta que le he puesto el nombre de mi hijo y el mío a los alimentos de la despensa y el frigorífico, me ha visto sacar su ropa sucia de la lavadora para meter la nuestra, y cómo me he traído mi detergente y me lo he vuelto a llevar del lavadero una vez puesta en marcha la máquina.

Entonces me ha preguntado por la situación y lo he puesto al día al respecto.

Debe haber entendido que el niño no se alimenta del aire, porque ha ido al súper y le ha traído;  cereales con Nocilla, zumos de los que no le gustan, arroz blanco (un minuto y listo) y salchichas de Frankfurt. Toda una dieta mediterránea.

Esta mañana, estando en el trabajo, he recibido un sms de El contrario en el que me decía que; a pesar de lo mal que me estoy portando estos días con él -sabía yo que lo del papel higiénico era muy cruel- si yo quiero, me ayuda con lo de Hacienda.

¡Qué nadie se alarme! He respirado hondo, y he sopesado si merecía la pena malgastar los quince céntimos más IVA de un sms con respuesta explosiva

Obviamente he preferido ahorrármelos.

Debo de estar hecha de la piel del diablo por esas ocurrencias mías, ahora tengo remordimientos y estoy barajando la posibilidad de ponerle un lazo a un rollo de papel higiénico y dejárselo, como muestra de desagravio, encima de la mesa de su ordenador MAC, la misma donde descansan; su Ipad,  su IPhone, su portátil Toshiba y el resto de sus artilugios de última generación.


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