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lunes, 2 de junio de 2014

29. VERLO TODO.



Acabamos de aterrizar –Mi Hermana Pequeña y yo-, estamos en el Aeropuerto Internacional de Vancouver, de Richmond.

El vuelo ha transcurrido tranquilo y sin incidentes, aunque ya me había mentalizado para vivir una experiencia al más puro estilo Aterriza Como Puedas.
Respirar aire de otro país, e incluso de otro continente, tampoco es para tanto.
Quiero decir que no me siento diferente ni nada por el estilo, para ser mi primera vez.
Mientras intentamos conseguir un taxi, puedo contemplar el ir y venir de gente. Muy multirracial y variopinta.
Nos hemos alojado en The Fairmont Hotel Vancouver, que está en el Downtwon.

Por mucho que intente disimular mi curiosidad por todo lo que veo, me da a mí que llevo el cartel de cateta en la frente. ¿Y qué?
Como vamos a estar un par de semanas, mejor será deshacer la maleta  y colocar la ropa en el armario. Espero haber acertado con las prendas que he elegido porque, a pesar de estar a finales de agosto, la temperatura no debe superar los 23ºC.
Por otro lado, me han dicho que por estas fechas suele llover uno de cada cinco días. Y yo sin botas de agua porque abultaban demasiado en la maleta.
De momento luce el sol.
Si aquí son las seis de la tarde, allí serán las nueve de la mañana, buena hora para llamar a Mi Madre y decirle que hemos llegado sanas y salvas.
No sé si tengo más ganas de dormir o de desayunar. Claro que aquí casi es hora de cenar. Me va costar sobrellevar lo del jet lag.
Primera mañana en Vancouver, todavía voy un poco zombie. Nos acostamos a las doce de la noche –ósea las tres de la tarde- y no he conseguido dormirme hasta un par de horas antes de que sonara el despertador. Pero tengo que seguirle el ritmo a mi hermana. Comienza la jornada.

Después de desayunar un revuelto de cosas–no he podido conseguir un vaso de leche con Nesquik y una magdalena-, hemos cogido el B-Line Express –lo que viene siendo el autobús- en Georgia Street –la calle Georgia para los amigos- hasta Grandville Street,  una vez pasado el Grandville Bridge –un puente vamos-.
Mi hermana había quedado con sus compañeros de oficio en la casa de uno de ellos.
Momento de las presentaciones, situación en la que he tenido que poner mi mejor cara de ¡Oh si! ¡Claro, claro! Aunque no me he enterado de una mierda, pues mi inglés es muy de los montes y no de las Highlands de Escocia  precisamente.

La verdad es que parecen todos muy majos, he hecho un esfuerzo enorme por enterarme de algo de sus conversaciones.
De pronto ha sonado el timbre de la puerta y una chica ha ido a abrirla.
Cuando han aparecido por la puerta de la sala de estar –ella y el nuevo visitante-, donde estábamos el resto, casi se me cae el maxilar inferior al suelo –de la boca tan abierta-. Afortunadamente he sido consciente de ello en cuestión de segundos y he podido cerrar la boca antes de que las babas me resbalaran  por el cuello.
Un chico espectacular –por lo menos para mi gusto, que muy  normal no es-, risueño y cordial.
Casi me da un síncope cuando, chapurreando algo de castellano, se ha dirigido A MI:
- Tú tiene que ser hermana de ella. Yo estar encargado de tú no aburrirte y llevarte ver todo.- Ha dicho sin borrar una hermosísima sonrisa de su boca.

¿Todo? Si, por Dios, quiero verlo todo –no he podido evitar pensar-.
Me he contenido y lo he saludado educadamente, dándole la mano pues aquí no se estila dar dos besos, pero con mis ganas me he quedado.
Cuando por la tarde nos hemos despedido del grupo he tenido una enorme sensación de vacío.
No he intercambiado muchas palabras con El Vancuverita, pero suficientes para desear que comience mañana…quiero verlo todo. YA.

6 comentarios:

  1. Nena si no se estilan los dos besos haber probado con uno en los morros directamente. ;-)

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  2. Ya va siendo hora de este libro tomara emocion, no te guardes detalles, vivan las 50 sombras de Vancouver.

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    Respuestas
    1. No se yo si la protagonista va a ser muy detallista o más práctica, jajaja

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    2. Claro los escritores lo que quereis es no contarlo todo y asi dejar la puerta abierta para poder escribir otro libro, nada de nada, algun detalle debe de caer

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    3. Lo importante es no perder los nervios...jajaja...iré dando una de cal y unas cuantas de arena ;)

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